Alexcia Panay,  Poet, Typewriter Ambassador of El Granero Typewriter Company

Siguiendo el misterio: una conversación con Alexcia Panay

Entrevista a un poeta y embajador de la máquina de escribir.

Hay artistas que escriben poemas y hay artistas que los viven.
Alexcia Panay es una de esas voces excepcionales. Su obra llega como una marea. A veces suave. A veces abrumadora. Siempre honesta.

Tu viaje poético se describe como imprevisto, un desarrollo espontáneo. ¿Podrías compartir el momento que te abrió las puertas a la poesía?

Alexcia: Comenzó una semana después de una experiencia cercana a la muerte, lo cual es otra historia aparte. Estaba en la fiesta de cumpleaños de un amigo en Los Ángeles, y había una máquina de escribir sobre la mesa. Pedí papel... y empecé a jugar. Mis amigos se sentaban conmigo uno a uno, me decían tres palabras y yo escribía. Algo se abrió en ese momento, simple, inocente y, sin embargo, transformador.

A menudo invitas a la gente a darte tres palabras como semilla para un poema. ¿Cómo esta práctica crea la conexión entre tú, el público y las palabras que surgen?

Alexcia: Siempre me ha gustado el número tres; se siente completo. Hay una frase en la Biblia que dice: «Donde dos o más se reúnen, allí estoy yo», y esa presencia, Espíritu, Dios, Conexión, como quieras llamarlo, se manifestaba cada vez que nos sentábamos juntos así. Con la práctica, esa puerta se fortaleció. Ahora confío en ella. Tres palabras crean un portal para la comunión.

La máquina de escribir se ha convertido en tu compañera y conducto creativo. ¿Cómo influye este medio físico en la fluidez de tu poesía?

Alexcia: Mi máquina de escribir es un instrumento. Ofrece ritmo, sonido y una fisicalidad inigualables. Es un objeto mágico, una pequeña máquina del tiempo. El sonido tiene un efecto en la gente, ya sea que evoque nostalgia o nos haga sentir como en otro mundo en nuestra era digital. Para mí, es un portal de conexión... una amiga... una compañera en el misterio.

Tus reuniones de Té y Poesía tienen un ambiente acogedor: velas, té y texto escrito a máquina. ¿Qué significan estos rituales para ti y cómo apoyan tu filosofía creativa?

Alexcia: Poetea es una fusión natural de dos prácticas que me encantan. El té llegó a mi vida en un momento en que necesitaba una forma más sencilla y profunda de escucharme a mí misma y a la vida. El té por sí solo es un camino profundo e inagotable, y soy una humilde estudiante de la hoja.

El té evoca la presencia de las personas con una elegante simplicidad. Evoca gratitud, calidez, sensualidad y sabiduría.

Y la escritura automática es una de las maneras más rápidas que conozco de canalizar la voz interior, especialmente en círculo. Siempre ocurre algo extraordinario a través de las edades, los idiomas y las vidas.

Me encanta especialmente cuando padres e hijos se reúnen. Revela el artista interior de cada uno de nosotros. Todos somos artistas de nuestras vidas, co-creando con la existencia. Cuantos más espacios creamos para recordarlo juntos, más conectados nos volvemos.

En tus presentaciones en vivo, tejes poesía a partir de sugerencias colectivas, canalizando una voz compartida. ¿Qué te enseña esta experiencia de cocreación sobre el arte y la comunidad?

Alexcia: Me recuerda que contar historias es nuestra naturaleza. Siempre nos hemos reunido alrededor de fogatas, en la sangha, a través de los sueños para compartir mensajes del más allá. Todos somos mensajeros los unos de los otros.

La sensación de crear juntos o presenciar la creación en tiempo real es un éxtasis. Mi amigo Sawyer llama a estos poemas colectivos "artefactos de asombro", y eso es exactamente lo que son: una instantánea escrita a mano de la verdad, de la conexión, del momento mismo.

Has llevado tu máquina de escribir contigo a lugares como México, Los Ángeles e Ibiza. ¿Cómo transforman o inspiran tu voz poética los diferentes paisajes y culturas?

Alexcia: Me inspiro con facilidad. Solo tengo que prestar atención. Cada cultura tiene sus propios códigos: colores, humor, creencias, música y gastronomía. Me encanta explorar lo que une a un grupo de personas.

Pero con la misma intensidad, me inspiran la tierra y la naturaleza. Me obsesiona el agua, su sabor diferente en todas partes, cómo nos evoca recuerdos, cómo purifica, cómo somos seres líquidos. El agua me enseña infinitas cosas.

Su poesía suele describirse como una inmersión en el misterio del momento. ¿Qué papel juegan la presencia y la entrega en su proceso creativo?

Alexcia: Lo son todo. La presencia y la entrega son los pilares de mi trabajo y de mi vida.

Durante mi experiencia cercana a la muerte, iba conduciendo por la 405 cuando otro coche me chocó. Mi coche dio dos vueltas de campana. Todo se volvió negro. Escuché la pregunta: "¿Me estoy muriendo?". Y luego: "No. Ríndete".

Esa orden, esa presencia, me mantuvo allí. Mi cuerpo se relajó al instante. El coche quedó destrozado; salí con solo un pequeño rasguño.

Unos días después, aún en este estado alterado de consciencia, encontré la máquina de escribir. Y el resto es historia.

¿Cómo equilibras la espontaneidad y la intención en tu trabajo? ¿Refleja ese equilibrio una filosofía más amplia en tu estilo de vida?

Alexcia: Intento conectar con el Creador, la fuente de la creación, y dejarme guiar. A veces me estanco y tengo que volver poco a poco con práctica y paciencia.

He vivido lo más al margen del sistema posible. Todos los supuestos de la sociedad parecen presiones para ocultar nuestra verdadera esencia. Es un trabajo continuo, pero ahora no conozco otra forma de vivir.

Se le describe como poeta, sanadora y artista. ¿Qué vínculos unen estas identidades y qué propósito cree que cumple a través de ellas?

Alexcia: Vida mítica, ritual y autenticidad. Estos hilos tejen todo lo que hago. Mi propósito es servir de inspiración para ayudar a la gente a recordar el poder creativo que respiramos en todos nosotros.

De cara al futuro, ¿qué nuevos paisajes creativos, internos o externos, estás llamado a explorar y cómo imaginas que evolucionará tu poesía en los próximos años?

Alexcia: Siento que estoy entrando en una nueva era, más íntima y expansiva a la vez. El mar me llama a una forma más profunda: a vivir con él, escucharlo, a dejar que me moldee. Siento que surgen poemas que no solo están escritos, sino encarnados, interpretados, ritualizados, vividos.

Exploro las intersecciones del mito, la ascendencia y la memoria personal, donde convergen la tierra, la presencia y la historia. Me adentro en nuevos ámbitos de colaboración: cine, teatro-ritual, encuentros poéticos, residencias de vela y espacios donde otros recuerdan su propia pasión creativa.

En los próximos años, imagino que mi poesía se volverá aún más cruda, más espaciosa, más entregada, entretejida con las voces del cuerpo, la tierra y lo invisible. Quiero dejar que me sorprenda. Que crezca más allá de lo que puedo imaginar actualmente. Los poemas saben adónde van, incluso antes que yo.

Al final, seguiré siguiendo el misterio y diciendo que sí a cualquier puerta que se abra.

https://www.alexciapanay.com/

El Granero: Gracias por la entrevista, Alexcia, y gracias por el hermoso viaje que seguimos compartiendo.

Lo que comenzó como una simple conexión entre un poeta y nuestro taller de máquinas de escribir se ha convertido en una amistad, una colaboración creativa y una creencia compartida en el poder de la escritura manual. Para nosotros, no solo eres un poeta talentoso, sino un querido amigo de nuestro taller, un cliente de toda la vida y un colaborador cuyas presentaciones, rituales y reuniones llevan la magia de la escritura manual a públicos de todo el mundo. Tu máquina de escribir viaja contigo a través de países y ceremonias, convirtiéndose en una parte esencial de tu pulso creativo.

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